
Aunque todavía no existe ningún estudio que haya demostrado una relación directa entre la ansiedad y la obtención de peores resultados académicos, lo que sí está claro es que dificulta el almacenamiento de la información, la organización y la recuperación de ese material, apunta Joaquín Álvarez, profesor de Psicología de la Educación de la Universidad de Almería.
Estos son algunos de los consejos para sobrevivir mentalmente a unas oposiciones:
No te aísles. “Las relaciones sociales son un elemento clave para favorecer las emociones positivas, para fomentar la autoestima y para tener la percepción de apoyo social”, recalca Anna Cadafalch, directora de la clínica ACM Psicólogos. Si el opositor se aísla, su estado anímico empeora y se empieza a sentir desgraciado respecto a sus conocidos, que “viven una vida mejor”. “Sienten que no tienen recompensas a corto plazo por todo el esfuerzo que están realizando y entran en un círculo de pensamientos negativos”. Por eso Cadafalch recomienda dedicar dos días a la semana a las redes sociales, a las amistades. Salvo en oposiciones muy duras que requieren una gran dedicación, en ese caso lo reduce a un día. “Es importante que entiendan que tienen que buscar soluciones y aplicarlas en el presente; no solo pueden vivir de los pensamientos de lo que harán dentro de cinco años”.
Una de las situaciones más frecuentes que Cadafalch ha detectado en los opositores es su tendencia a quedar únicamente con otros opositores. “Por un lado es positivo porque comparten sus frustraciones y su desgaste, pero es muy recomendable que conserven sus amistades para estar en contacto con otras realidades”. Es necesario programar esas quedadas. “Es muy frecuente que se encuentren de golpe un sábado tarde sin plan. Por eso deben dedicar un rato de forma semanal a pensar y encajar esos encuentros”.
“No se puede prescindir de una mínima red social porque el estado anímico empeora y eso repercute en el rendimiento”, explica Ignacio Fernández, de la Complutense.
Fija un horario para las gratificaciones. El perfil mayoritario del opositor suele ser el de una persona “muy luchadora, con ganas de triunfar y muy perfeccionista”, asegura Anna Cadafalch. Les cuesta poner fin a las horas de estudio porque creen que cuantas más horas empleen, mejores resultados obtendrán. “Tienen que entender que sin gratificaciones o premios diarios su mente se satura y se bloquea”. El deporte es una de las recompensas que plantea Cadafalch; practicar, al menos, 30 minutos al día y, a ser posible, al aire libre. “El deporte amortigua el estrés, estimula la secreción de endorfinas que estabilizan en estado de ánimo”. Además, según apunta Ignacio Fernández, a partir de los 90 minutos la curva de aprendizaje empieza a bajar de forma drástica, por lo que es necesario establecer descansos.
Asume que todo lo que aprendes tiende a olvidarse. A finales del siglo XIX el psicólogo alemán Hermann Ebbinghaus mostró mediante la teoría de la curva del olvido que más de la mitad de los contenidos que se aprenden en un día tienden a olvidarse en las siguientes 24 horas. “Los opositores sienten una gran frustración al no recordar los temas y tal vez no están empleando la técnica de repaso adecuada. Eso les genera mucho estrés”, indica Lluis Fuentemilla, profesor de Psicología de la Universidad de Barcelona. El método óptimo es ponerse a prueba, simular un test y responderlo, y no simplemente releer el temario. “El esfuerzo de diseñar un test tiene un impacto mucho más fuerte en la retención de información a largo plazo”, remarca el experto.