Mientras C. A. E. O. estudiaba la oposición para convertirse en policía, casi llegó a pensar que no sería posible lograrlo. La falta de referentes en este sector, especialmente para mujeres y personas negras, fue una de las mayores barreras que encontró. La sociedad en la que creció, y en especial su entorno más cercano, no parecía confiar en que pudiera alcanzar su sueño. Sin embargo, se quedó en ese “casi” y no permitió que las dudas ajenas le impidieran seguir adelante. Hoy, casi una década después, ha cumplido su sueño de infancia, y ha demostrado a todos aquellos que dudaron que sí, que es posible.
En una charla sincera, nos habla de las dificultades y retos a los que se ha enfrentado como mujer, negra y policía. Desde su perspectiva, lucha a diario contra el machismo y el racismo, pero también se llena de amor por su profesión, que le permite tener un impacto directo en la vida de los ciudadanos. A continuación, responde algunas preguntas sobre su experiencia.
¿Cómo es ser mujer, policía y negra? “Al principio, no noto una distinción directa entre ser una policía de raza blanca y yo, que soy negra. Sin embargo, lo que sí siento es un gran orgullo. A pesar de los prejuicios que existen en nuestra sociedad, soy una mujer policía y, sobre todo, negra. Es una oportunidad única de desafiar las expectativas y estigmas sociales.”
¿Qué motivó que decidieras opositar para ser policía? “Desde muy pequeña, la policía siempre me llamó la atención. Me fascinaba todo lo relacionado con el trabajo policial, desde los uniformes hasta las historias que escuchaba sobre el servicio público que prestan. Un día me dije a mí misma: ‘¿por qué no intentarlo?’ Y aquí estoy, demostrando que los sueños realmente se pueden hacer realidad.”
¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión? “Lo que más me gusta es la variedad de tareas que desempeñamos, tanto en el ámbito de investigación como en la ayuda directa a los ciudadanos. Ser policía significa estar presente en los momentos más difíciles de las personas, apoyarlas y ayudarlas a sentirse seguras.”
¿Qué es lo más complicado? “Lo más complicado es saber cómo reaccionar en situaciones extremas. Debemos tener la capacidad de lidiar con diferentes tipos de personas, cada una con su historia y necesidades, y ser capaces de tomar decisiones rápidamente, manteniendo siempre la calma y la objetividad.”
¿Recuerdas el día más bonito de tu carrera en el cuerpo? ¡Cuéntanos! “Para mí, el día más bonito no tiene mucho que ver con la labor policial, pero sí con mi historia personal. Recuerdo el primer día que llegué a la Comisaría de Algeciras para hacer mis prácticas. Un compañero me atendió, y, sin darme apenas oportunidad de hablar, me dijo que si venía a hacer papeles para extranjería, debía dirigirme a la primera planta. Años después, ese compañero se convirtió en mi marido. Sin duda, ese fue un día que marcó un antes y un después en mi vida.”
¿Cuando trabajas, sientes que estás prestando un servicio a la gente? “Sí, sin lugar a dudas. Mi trabajo está orientado a ayudar a los demás, a hacer que se sientan más seguros y protegidos. Es un privilegio poder desempeñar esta labor y saber que en cada acción hay un impacto directo en la vida de alguien.”
¿Crees que la crisis económica ha transformado la policía? ¿De qué forma? “No ha transformado la función de la policía, pero sí ha aumentado el número de personas que opositan. La crisis económica ha reducido las opciones laborales para muchas personas, por lo que la policía, al ser una opción estable, se ha vuelto una alternativa atractiva para quienes buscan una oportunidad profesional.”
Hablemos ahora de género, ¿cuántas mujeres hay en la comisaría en la que trabajas? “Es difícil dar una cifra exacta, pero somos muchas. Aunque no tengo un número preciso, he notado que la presencia femenina ha crecido considerablemente en los últimos años.”
¿Consideras que tu entorno laboral es machista? “El machismo está presente en nuestra sociedad, y, lamentablemente, también en algunas partes de la policía. Si bien ha disminuido en los últimos años, especialmente entre los compañeros más jóvenes, aún existe, sobre todo entre los más veteranos. Sin embargo, las nuevas generaciones están cambiando la mentalidad de forma positiva.”
¿Observas un avance en la mentalidad de la gente desde que tú opositaste hasta ahora en lo que concierne a los temas de género? “En mi experiencia personal, no he notado un gran avance. A pesar de los esfuerzos por cambiar las mentalidades, el machismo sigue siendo un obstáculo que enfrentamos las mujeres, especialmente en profesiones como la policía.”
¿Y qué hay del color? ¿Había mucha gente negra en la Academia? “No, en mi año éramos muy pocos. Solo una chica mestiza y yo, además de algunas personas de origen árabe y latinoamericano. En total, éramos unas 2500 personas en la escuela de formación, y la diversidad étnica era muy limitada.”
¿Conoces a más personas, aunque sea en otras provincias, que lo sean? “Sí, conozco a varias personas que también son negras y que trabajan como policías, aunque no son muchas. Personalmente, conozco a cinco, dos de ellas son chicas mestizas de la Policía Nacional, y un chico también de la misma institución, además de otros dos guardias civiles. Estoy segura de que existen más, pero no se visibilizan tanto.”
¿Te parecería importante que se visibilizara esa diversidad? “Sí, definitivamente. Creo que visibilizar la diversidad en el cuerpo policial es fundamental para demostrar que cualquier persona, sin importar su color de piel o género, puede desempeñar este trabajo. La representación es clave para que las nuevas generaciones se sientan identificadas y motivadas a seguir sus sueños, tal como lo hice yo.”
A lo largo de su carrera, C. A. E. O. ha tenido que luchar contra varios frentes: el machismo y el racismo que aún persisten en la sociedad y en algunas partes de la policía. Sin embargo, su amor por la profesión y su compromiso con el servicio público le han permitido superar estos desafíos. Ella es un ejemplo de que la perseverancia y el amor por lo que se hace pueden romper barreras y cambiar las normas. No sólo es una mujer policía, sino una mujer negra que está abriendo caminos para otras personas que, al igual que ella, sueñan con hacer realidad su vocación.
La historia de C. A. E. O. demuestra que, aunque el camino no siempre es fácil, la lucha por la igualdad y la visibilidad es posible, y que en un futuro cercano, veremos una policía más diversa e inclusiva, que represente verdaderamente a toda la sociedad.